El libro que me liberó de la culpa de ser abundante
Reseña de El código del dinero, de Raimon Samsó
No todos los libros se leen cuando se compran. Algunos esperan pacientemente a que estemos preparados para abrirlos y abrirnos a la verdad. Eso me pasó con El código del dinero, de Raimon Samsó. Lo tuve guardado durante años, sabiendo que algún día lo leería, pero sin encontrar nunca el momento adecuado. Cada vez que lo recordaba o escuchaba hablar de él, algo me decía que no era el momento. Ahora sé que no era el libro, ni el tiempo… sino las creencias con el dinero que aún no estaba dispuesta a soltar.
Durante mucho tiempo, cargué con una creencia inconsciente muy extendida: que ser espiritual o buena persona implica renunciar, sacrificarse y vivir con lo justo. Que el dinero corrompe, que desear más es egoísta, y que prosperar está reñido con la bondad. Aunque a nivel intelectual ya empezaba a cuestionar esas ideas, seguía atrapada emocionalmente en la culpa por querer más. No pude empezar a leer el libro hasta que algo dentro de mí comenzó a sanar. Fue cuando empecé a liberarme de la creencia en el sacrificio y en el no merecimiento. También al dejar atrás la adicción al dolor y la frustración, y a reconciliarme con una visión más amorosa del dinero, fue entonces cuando sentí el impulso genuino de leerlo. Y al hacerlo, aunque ya sabía muchas cosas de las que decía, se abrió un nuevo camino en mi experiencia. A cada página iba reforzando en mi mente nuevas ideas y conceptos que antes no me permitía aceptar para mi misma.
A pesar de su título, El código del dinero no es un libro técnico ni una guía de fórmulas para hacerte rica en cinco pasos. Es un libro de conciencia. Raimon Samsó aborda la relación con el dinero desde un enfoque profundo, desmontando creencias limitantes que muchas veces llevamos desde la infancia o desde nuestra cultura. Lo que encontré entre sus páginas no fue, como digo, información nueva, sino una forma de poner en palabras lo que ya intuía, pero no me atrevía a aceptar: que la abundancia no está reñida con el amor, ni con Dios, ni con el trabajo espiritual.
Quizás este libro no sea para ti en este momento. Si aún necesitas justificar tu escasez o si prefieres sostener la idea de que tener poco es señal de pureza, probablemente no sea tu momento para leerlo. Pero si estás en ese punto en el que reconoces que ya no soportas más renuncias innecesarias, y sientes que hay algo incoherente en seguir rechazando lo que naturalmente podría fluir hacia ti, El código del dinero puede ser una puerta. Una puerta a una percepción diferente, más abierta, más honesta, y profundamente liberadora.
Entre sus enseñanzas, encontré claridad para detectar muchas de mis creencias inconscientes sobre el dinero, valor para soltar patrones heredados que ya no me representaban, e inspiración para tomar decisiones más coherentes con lo que verdaderamente deseo. No se trata de aprender a ganar más dinero por ambición, sino de comprender que rechazar la abundancia puede ser, muchas veces, otra forma sutil de seguir sosteniendo la culpa y el autocastigo. Y como ya sabemos, esto no nos lleva nunca a la paz.
El código del dinero me ayudó a mirar de frente aquello que me negaba a aceptar. Y ese acto de honestidad interior fue el verdadero punto de inflexión. Porque cambiar nuestra relación con el dinero no empieza por el banco, sino por la mente. Por eso, si estás en ese momento en el que deseas prosperar, dejar de traicionarte, abrirte al milagro de la abundancia y dejar atrás la culpa de querer más, este libro puede acompañarte.
Si sientes que este libro te ayudará como me ayudó a mí, puedes conseguirlo aquí.
Nos vemos en la próxima reseña.


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