A Ghost Story no va de fantasmas
Una mirada desde la dependencia, el apego y la verdadera liberación
¿Cuántas veces te has quedado donde ya no toca, solo porque sientes que te “falta algo”?
A Ghost Story no va de fantasmas, sino de lo que nos pasa cuando, por dependencia o negación, no estamos dispuestos a soltar.
En la película, el protagonista muere. Pero no pasa al otro lado. Permanece, invisible, atado a la casa. El ego diría que lo hace por amor. El Espíritu lo ve como una negativa a soltar el control. Y en ese estado solo queda una opción: agotar la experiencia.
Desde esa nueva “vida” observa a su pareja, a los nuevos dueños de la casa, el paso del tiempo inconmensurable… Está atrapado en una historia que ya no existe, que ya no tiene nada que ver con él. Pero sigue sintiendo que hay algo pendiente. Y por eso se queda.
En una de las escenas más simbólicas, la protagonista deja una nota en la pared antes de marcharse.
Él sabe que está ahí. Pero no la lee. Aparentemente no puede sacarla, pero es su inconsciente el que no se lo permite, debido a su decisión de no querer soltar..
Y aquí viene el punto clave: no es que no pueda. Es que todavía no quiere. Porque mientras algo en su mente siga valorando esa historia —el sacrificio, el sufrimiento, la idea de lo que “debió ser” y no fue—, no habrá disposición para ver otra cosa.
La nota representa ese cierre de ciclo que el ego no quiere aceptar. La historia no está incompleta ni se completará nunca. Es él quien aún se aferra a ella.
Solo cuando ya lo ha experimentado todo, cuando se ha quedado tanto tiempo ahí que el dolor ha dejado de tener sentido, cuando se harta de castigarse, cuando la espera se ha vuelto absurda… algo se rinde.
Cuando no aceptamos el milagro, llegamos a él por la otra única vía: el hartazgo. Agotar la experiencia es lo único que la mente se permite. Cuando el sufrimiento deja de parecer útil, cuando ya no hay nada que defender, la mente se abre a otra posibilidad.
Eso es lo que muestra A Ghost Story con muy pocas palabras durante todo el film.
Por cierto, no hace falta entender lo que decía la nota, ya que lo que libera no es el contenido, sino la disposición a soltar y ver las cosas de otra manera.
¿Y tú?
¿En qué parte de tu vida estás esperando que algo cambie… cuando en realidad lo único que falta es soltar la historia?
Aquí te dejo la reseña en formato reel. Nos vemos en la próxima.
