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Homenaje a Ozzy Osbourne

Cuando no temes mirar tu oscuridad

Ozzy Osbourne pudo ser muchas cosas, pero, sobre todo, fue alguien que no se ocultó. No intentó disfrazar su oscuridad, ni quiso convertirla en un pecado indigno de compartir… Tampoco pidió que lo entendieras ni que estuvieras de acuerdo con sus formas. La vivió como la sentía: a gritos, sin filtros ni edulcorantes. Y, aunque él no lo supiera, estaba más cerca de la luz que muchos que hablan de ella con frases vacías o tapan su negrura con flores y mariposas.

Porque solo quien ha bajado al fondo de sí mismo puede reconocer su propia locura y el engaño del ego. Y desde ahí, elegir soltarlo.

El peligro nunca es la oscuridad, que es irreal. Es negarla. Es vestirse de luz sin haber atravesado las sombras. Es ponerle flores encima para no oler su fétido aliento.

Quien ha visto su sombra y no se defiende de ella está más cerca de aceptar la verdad que aquel que aún se esconde tras una sonrisa.

Este post no va de romantizar la oscuridad, ni la enfermedad, ni de valernos de ellas para creernos guerreros. No ataquemos al «Príncipe de las Tinieblas» viéndolo enfermo, demente y desahuciado. Veámoslo con los ojos de Dios, pues no existe otra cosa que su grandeza y su luz.

Ver el Short en Youtube.

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