¿Y si el «infierno en la Tierra» no fuera una metáfora?
En Hell on Earth, Iron Maiden habla del mundo desde el punto de vista de quien ha abierto los ojos al significado de este mundo.
Este tema no es una crítica social, sino un clamor escrito desde el hartazgo y la aceptación de que nuestra verdadera identidad se perdió de vista hace mucho tiempo.
La canción no intenta señalar culpables ni cambiar el mundo. No dice que “todo irá bien aquí”. Sino que se rinden a la evidencia al comprender que la paz no está en la tierra, sino más allá.
No les falta razón: este plano es el nivel más denso de separación. Literalmente: el infierno en la tierra, las «antípodas» de Dios y del Reino.
Aquí se proyecta la culpa por haber creído que nos separamos de nuestra verdadera identidad, y por eso, aunque haya momentos de aparente paz, nunca duran demasiado.
Cada día que amanecemos en este mundo es, literalmente, consecuencia de una elección inconsciente, en la que no consideramos estar en paz. Un nuevo día en el que elegimos el infierno en lugar del cielo, por el puro terror que nos da volver a casa, como los hijos pródigos que nos creemos.
Iron Maiden ha captado algo esencial: Que este infierno no es el final. Y que hay una luz que sigue esperándonos del otro lado.
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